Artículo SINTROM® 2 – Necesidad de controles periódicos

Artículo número 2 de los dedicados a la medicación anticoagulante llamada Sintrom®, en el que trataremos de explicar porqué hay que controlar de forma periódica la dosis que tomamos de este fármaco, porqué tenemos que ir cada cierto tiempo a analizar nuestra sangre a un centro médico al estar medicados con este tratamiento.

En primer lugar, hay que señalar que la forma en que los profesionales sanitarios tienen de conocer el efecto anticoagulante del Sintrom® es mediante el parámetro llamado INR, abreviatura en inglés del término Ratio Internacional Normalizada, que indica el tiempo que tarda en coagular nuestra sangre, por ejemplo en caso de una herida, en relación con una persona que no toma medicamentos anticoagulantes.

Vamos a poner ejemplos de lo que significa a nivel práctico el valor del INR: si el INR tiene un valor de 1, quiere decir que nuestro nivel de coagulación es igual al de una persona que no toma anticoagulantes; Si el INR es 2, quiere decir que nuestro tiempo de coagulación es el doble que el de una persona que no toma anticoagulantes; y si su valor es 3, el tiempo que tardará nuestro organismo en controlar una hemorragia es el triple que si no tomamos medicación anticoagulante.

¿Cual es la cifra que el personal sanitario se fija para tener controlada nuestra coagulación?: Pues para la mayoría de los casos, el INR quiere mantenerse entre 2 y 3. O sea, necesitamos que nuestra sangre tarde en coagular entre el doble y el triple que una persona sin medicación anticoagulante. Así reduciremos la posibilidad de que se formen trombos que dañen nuestro sistema circulatorio.

Si el INR está por debajo de 2, el riesgo de trombosis y/o embolia aumentará; y si por el contrario, sube por encima de 3, el riesgo de padecer padecer hemorragias es alto.

Por eso es tan importante hacer controles periódicos: para tener siempre nuestro INR dentro de los valores objetivo, y para ello las dosis de Sintrom® habrán de ajustarse cada cierto tiempo hasta conseguir unos valores de INR estables y dentro del objetivo.

Además, por sus características particulares, las dosis administradas de Sintrom® pueden tener efectos variables, según múltiples factores, como por ejemplo nuestra genética, o la alimentación. Así, la dosis que en un momento dado era la óptima en un paciente, al cabo de un tiempo, si ha habido alteración de alguno de estos factores que influyen en la acción del Sintrom®, puede no serlo ahora, y habrá de ser adecuadamente ajustada para que el valor del INR sea el adecuado para el paciente y su patología.

En resumen, el efecto de la medicación Sintrom® puede verse influido por varios factores, como pueden ser de tipo genético o alimentario. Para que estos factores no alteren el tiempo de coagulación, tal que quede fuera de los valores que se necesitan en nuestra enfermedad, regularmente tendremos que ir a control por parte de los profesionales sanitarios, que tomarán medidas correctoras en cuanto a dosis suministrada en caso necesario.

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