Este será el quinto artículo elaborado por el equipo de la Farmacia de la Mulilla sobre la pandemia por coronavirus SARS-CoV-2, en el que vamos a recordar cuales son las medidas de protección individual que se recomiendan para evitar ser contagiados por el virus causante de la enfermedad COVID19, y con ello contribuir a reducir la transmisión de esta enfermedad.
La mayoría de los expertos en la cuestión inciden en que la principal medida protectora es la distancia interpersonal, que ha de ser como mínimo de 1,5 metros, y recomendable sobre los 2 metros. Esa distancia va a impedir que, en caso de estar cerca de alguna persona infectada, sus secreciones puedan llegar a alcanzarnos.
Sabemos que en nuestra cultura tendemos a tener un contacto estrecho y cercano con nuestros seres queridos, pero hay que ser conscientes de esta realidad: estar demasiado cerca de otras personas sin medidas de protección puede llevar a un posible contagio, a consecuencias importantes en nuestra salud individual, y a favorecer la transmisión incontrolada de la enfermedad. Debemos ser muy exigentes con las distancias interpersonales. No es un desprecio a los demás, sino todo lo contrario, un aprecio hacia su persona y su salud.
La segunda medida recomendada tiene que ver con poner obstáculos para, ante un posible contacto con el virus, impedir que llegue a penetrar por las zonas vulnerables de nuestro cuerpo. Estos obstáculos entre nosotros y el virus pueden ser de varios tipos, como la mascarilla que cubra nariz y boca, gafas de protección, mamparas en los lugares de atención al público, guantes o pantallas faciales.
Esas zonas vulnerables que hemos comentado, y que son las principales vías de entrada del virus, son 3: Ojos, nariz, y boca. Y la mejor forma de impedir esa entrada es evitar tocarse esas zonas con las manos, que pueden llevar al virus por haber tocado algún objeto que lo contenga en su superficie.
Si el virus consigue contactar con alguna de estas vías de entrada, y logra adentrarse en nuestro cuerpo, comenzará una lucha entre el virus y nosotros. Y en esa lucha influirán muchos factores para determinar quién vence. No nos confiemos. El virus tiene sus armas. Y dependiendo de esos factores, como pueden ser nuestra edad, estado del sistema inmunológico, o enfermedades que suframos en el momento del contagio, será el resultado de la batalla. Podrá incluso comprometer nuestra propia vida. Por tanto, extrememos las medidas de protección.
Dentro de los espacios donde convivimos, es de gran utilidad ventilar lo más posible, renovar el aire lo máximo que se pueda. Así combatiremos la presencia del coronavirus en nuestro entorno. Asimismo, debemos evitar permanecer en lugares cerrados donde haya mucha gente, sobre todo si no están convenientemente ventilados. Recordemos que el virus no se mueve solo por el aire, sino que lo hace de persona a persona con poca distancia entre ellas.
Y dado que las manos están continuamente tocando objetos, para evitar que, de forma accidental, nos infectemos al tocar nuestros ojos, nariz o boca, es muy importante mantenerlas limpias e higiénicas. Lo más recomendable es hacerlo con agua y jabón, de forma frecuente y durante al menos 1 minuto, procurando llegar a todos los posibles huecos que se formen en la superficie de las manos. Si no podemos lavarnos con agua y jabón, puede hacerse una higienización con gel hidroalcohólico ó con alcohol de 70º, procurando no abusar de esta práctica pues puede alterar el estado de la piel.
El hecho de usar agua y jabón, o alcohol, viene de las características de los virus. Como ya comentamos en el primer artículo, básicamente se componen de su material genético y de una membrana que lo envuelve. Esa membrana, es de componente fundamentalmente graso. Y con el jabón o el alcohol, vamos a disolver esa membrana grasa, con lo que el virus deja de ser operativo, pues necesita esa membrana para seguir existiendo como tal.
Y por último, para evitar propagar la infección en caso de estar contagiados, se recomienda poner algún tipo de obstáculo cuando hablemos en un tono de voz elevado, al toser y al estornudar. Si controlamos las emisiones realizadas de forma natural al hablar fuerte, toser o estornudar, evitaremos difundir al ambiente partículas en las que puede estar alojado el virus, que luego pueden ser inhaladas por otras personas, o posarse sobre objetos y superficies, y que al ser tocados por las manos de otra persona pueden favorecer su contagio.
Por orden de prioridad, se recomienda, como primera opción, hacerlo hacia un pañuelo desechable, y luego tirarlo a la basura y lavarnos las manos; como segunda opción, toser o estornudar hacia la parte interna del codo, quedando las secreciones adheridas a nuestra ropa, que luego deberá ser lavada a alta temperatura; y como tercera y última opción, toser o estornudar hacia nuestra propia mano, que inmediatamente deberá ser lavada con agua y jabón, o higienizada con gel hidroalcohólico.
En resumen, las 6 medidas de protección recomendadas para evitar la propagación de la enfermedad COVID19, y que todos deberíamos interiorizar, son las siguientes:
1 – Distanciamiento interpersonal.
2 – barreras de protección.
3 – No tocarse la nariz, los ojos, ni la boca.
4 – Ventilar de forma adecuada los recintos tanto a nivel vivienda como laboral.
5 – Higiene frecuente y profunda de manos.
6 – no emitir secreciones al toser o estornudar.
Un pequeño esfuerzo individual en cumplir estas medidas de protección, redundará en un gran beneficio para la salud de toda la sociedad. La pelota está en nuestro tejado. En el de todos y cada uno de nosotros. No nos fijemos sólamente en el tejado de los demás. Si cada uno cuida su propio tejado, no hará falta juzgar el de los demás.