Este artículo será un resumen final de todo lo tratado en la serie de artículos, y para su elaboración nos vamos a basar en el decálogo del cuidador del paciente de Alzheimer, elaborado por el personal del blog familiaresDelAlzheimer, y que puede visitarse en internet en la dirección familiaresdelalzheimer.blogspot.com.es.
Los 10 puntos del decálogo del cuidador del paciente de Alzheimer son los siguientes:
1) Busca información con profesionales y asociaciones de familiares. Hoy día estamos desbordados de información gracias al acceso a través de internet. Pero debemos ser muy cautos con las fuentes de información. Debemos confiar sólamente en profesionales acreditados, y en la labor de las asociaciones de familiares. Estas instituciones van a proporcionar información rigurosa y especializada, diseñada para la situación particular del cuidado de este tipo de enfermos, y enfocada siempre hacia lograr el bienestar, físico y mental, tanto del enfermo de Alzheimer como de las personas que se encargan de su cuidado. Desde la farmacia de la Mulilla queremos contribuir a la difusión de estas informaciones, y por ello hemos elaborado toda esta serie de materiales, a saber, infografías, vídeos en youtube, podcasts y artículos, para adaptarnos a las preferencias de cada usuario, y habiendo recabado información de fuentes de confianza.
2) Acepta tu nueva realidad. Cuando tenemos una situación delicada a resolver, el primer paso siempre será aceptar esa situación, pues si no lo hacemos, jamás tomaremos parte en la resolución de dicho reto. Así pues, el familiar cuidador de un paciente de Alzheimer debe interiorizar su nueva situación, ser consciente de la magnitud de la misma, y afrontarla de manera razonable y sosegada, pues sólo así logrará adaptarse a los cambios que le van a sobrevenir. Ha de entender también que el estado de su familiar no va a mejorar, dado que actualmente no hay tratamientos para revertir el curso de su enfermedad. El objetivo actual es conseguir estabilizar el cuadro general del paciente, intentando que no se avance en su progresión. Y por otra parte, el paso del tiempo hará que, de forma natural, nuestro familiar se vaya deteriorando inexorablemente.
3) Sé sincero contigo y con los demás. La sinceridad tendrá varias utilidades. Por ejemplo, servirá para desahogarte con otras personas cuando la situación se torne complicada. Y también reforzará tu visión realista del estado de tu familiar. De nada sirve minimizar el problema. Además, esa sinceridad puede lograr abrirte puertas en cuanto a recibir ayuda de otras personas.
4) Contacta con otros familiares de Alzheimer. La experiencia de otras personas que se enfrentan a diario a una situación que puede tener similitudes a la tuya te hará sentirte comprendido. También puede ayudarte a afrontar determinadas situaciones desde perspectivas que no se te habían pasado por la cabeza, y que para otras personas pueden haber sido exitosas.
5) Cuídate física y psicológicamente. El realizar algún tipo de actividad física, a ser posible al aire libre y en compañía de otras personas de nuestro agrado, y adaptada a nuestra edad, condición física y limitaciones funcionales, va a aportar importantes beneficios a nuestra labor de cuidador. Por otro lado, debemos cuidar también nuestra salud mental, pues va a ser sometida a presiones y circunstancias de una dureza importante, y tiene que estar entrenada y preparada para poder superarlas de la mejor manera posible.
6) Sé paciente. La paciencia es un aliado de nuestra labor. Perder la paciencia es perder la batalla. No vamos a solucionar nada perdiendo el control de nuestros actos. Sólo complicar la situación, pues nuestro familiar no sabrá interpretar esa falta de control, ya que sólo se ven reconfortados ante situaciones tranquilas y cargadas de emotividad.
7) Sé un amigo incondicional de tu ser querido. Ese sentimiento de amistad hará aumentar la confianza de nuestro familiar en nosotros, aunque se llegue al caso de que no nos reconozca como su familiar. Si nos reconoce como un amigo fiel, se podrán evitar situaciones conflictivas.
8) No te exijas demasiado, no existe el cuidador perfecto. En muchas ocasiones en la vida, el fijarnos objetivos no alcanzables va a ser causa de frustración. En nuestra labor de cuidadores, también. Debemos centrarnos en conseguir unos niveles de exigencia adecuados a las necesidades de nuestro familiar, y que sean asumibles por los cuidadores, de forma proporcionada y proporcional a las personas que se impliquen en el cuidado. Además debemos esforzarnos por aprender cada día algún aspecto del cuidado que redunde en un mejor cuidado de nuestro familiar, de tal forma que ésta labor vaya mejorando poco a poco, pero sin la ansiedad de querer lograr la perfección.
9) Acepta la ayuda que te ofrezcan familiares, vecinos y amigos. Cada oferta de ayuda por parte del entorno del cuidador va a llevar una mejora en la calidad del cuidado y de la salud del cuidador. No neguemos la ayuda externa. Alguien de confianza puede quedarse un rato con nuestro familiar, o preparar alguna comida, o colaborar en las tareas del aseo, o ir a por medicación o a la compra de alimentos. Todas esas pequeñas cosas, todas juntas, se convierten en un muro a veces infranqueable desde la perspectiva del cuidador, y pueden ser realizadas por personas del entorno, las cuales podrán ayudar de una manera importante en la labor de cuidadores.
10) Planifica y programa tus actividades. La organización del tiempo del cuidador, incluyendo actividades placenteras y al aire libre para descargar tensiones, tiene una relevancia grande para que todo funcione. Un pequeño esfuerzo organizativo tiene una gran recompensa en la tarea del cuidado. Como ya comentamos en el artículo correspondiente a este tema, la planificación ha de entenderse como algo flexible y motivador y no como algo rígido y de obligado cumplimiento, ya que entonces sus efectos serían los contrarios a los que pretendemos conseguir.
En resumen, los diez puntos más destacados que toda persona que se dedique a la labor del cuidado de familiares enfermos de Alzheimer debe tratar de cumplir son los siguientes:
Busca información con profesionales y asociaciones de familiares.
Acepta tu nueva realidad.
Sé sincero contigo mismo y con los demás.
Contacta con otros familiares de Alzheimer.
Cuídate física y psicológicamente.
Sé paciente.
Sé un amigo incondicional de tu ser querido.
No te exijas demasiado, no existe el cuidador perfecto.
Acepta la ayuda que te ofrezcan familiares, vecinos y amigos.
Planifica y programa tus actividades.
Finalizamos este artículo con la última frase motivadora al respecto de la labor de cuidador que hemos localizado en el blog alzheimeruniversal.eu, y escrita por Marga: “Me mira y sabe que la quiero, me conoce pero no sabe ponerme un nombre, pero cuando necesita ayuda me busca porque sabe que siempre estaré ahí”.
Con este artículo damos por finalizada la serie dedicada a los cuidadores de enfermos de Alzheimer. Si en algo hemos podido contribuir a hacer más llevadera su enorme labor, habrá sido una gran recompensa al cariño y esfuerzo que hemos puesto en la elaboración de estos artículos. Y queremos reconocer también la dificultad e importancia de la tarea de las personas cuidadoras de enfermos de Alzheimer. Dificultad por tener que realizar una tarea cargada de emociones encontradas con una persona que ya no volverá a ser quien fue, e importancia por su repercusión en toda la sociedad, que tanto debe a esas personas que ya no saben quien son… ni quien fueron.