Segundo artículo de la serie dirigida a los cuidadores de pacientes de Alzheimer, y en el que trataremos de definir qué es la enfermedad de Alzheimer, así como los factores de riesgo de padecer dicha enfermedad.
Se puede decir que la enfermedad de Alzheimer es la forma más común de demencia entre las personas mayores. Y entendemos por demencia a un trastorno cerebral que afecta gravemente a la capacidad de una persona de llevar a cabo sus actividades diarias.
En el caso de la enfermedad de Alzheimer, se va afectando de forma intensa y progresiva las capacidades de recordar, aprender y razonar.
Como en otras enfermedades, existen unas circunstancias cuya presencia hace que las probabilidades de sufrir la enfermedad sean mayores. A estas circunstancias se les denomina, para cualquier enfermedad, factores de riesgo de padecer dicha enfermedad.
En el caso de la enfermedad de Alzheimer, los factores de riesgo pueden ser de 2 tipos: modificables, y no modificables.
Vamos a comenzar con los no modificables, dado que su presencia no va a depender de nuestros hábitos o estilos de vida.
Los factores de riesgo no modificables de padecer enfermedad de Alzheimer son los siguientes:
- Edad avanzada. La probabilidad de padecer la enfermedad de Alzheimer aumenta con la edad. Es decir, esta enfermedad está asociada a personas mayores.
- Género femenino. Hay más mujeres que hombres enfermos de Alzheimer. Algunos científicos lo achacan a que las mujeres viven más años que los hombres, y por tanto alcanzan mayores edades.
- Antecedentes familiares. Si nuestros padres o abuelos ya padecieron esta enfermedad, nosotros tendremos mayores posibilidades de padecerla también.
Vamos a tratar ahora los factores de riesgo modificables, es decir, los que podemos intentar controlar con hábitos y comportamientos adecuados.
Por un lado, la enfermedad de Alzheimer está relacionada con un riesgo cardiovascular elevado, y si controlamos las circunstancias que inciden en dicho riesgo cardiovascular, podremos retrasar la aparición del Alzheimer.
Las circunstancias más relevantes que elevan el riesgo cardiovascular son las siguientes:
- Enfermedad cardiovascular. Si padecemos alguna enfermedad que afecta al sistema cardiovascular, como patologías del corazón o del sistema circulatorio, esta función estará alterada, afectando al riego sanguíneo cerebral.
- Hipertensión. El tener elevada la tensión arterial hace que el sistema circulatorio no funcione en las mejores condiciones, aumentando las probabilidades de sufrir un infarto o un ictus.
- Colesterol elevado. Niveles altos de colesterol en sangre propician la aparición de placas de ateroma, que dificultan la circulación de la sangre en esos puntos, y pueden generar graves complicaciones.
- Diabetes. Unos niveles no controlados de glucosa acaban afectando a los vasos sanguíneos, tanto los grandes como los pequeños, aumentando el riesgo cardiovascular del paciente.
Y de otro lado, hay circunstancias poco saludables que pueden favorecer la aparición de la enfermedad de Alzheimer. Esas circunstancias son:
1)Tabaquismo.
2) Inactividad física.
3) Inactividad intelectual.
4)Haber sufrido golpes fuertes en la cabeza.
En resumen, el Alzheimer es un tipo de demencia que afecta sobre todo a personas mayores, afectando a su capacidad de recordar y razonar. Suele asociarse a un riesgo cardiovascular elevado, y ciertos hábitos como el tabaquismo o la falta de actividad física pueden contribuir a su aparición.
Finalizamos el artículo con una frase sobre esta enfermedad recogida en el blog de la página web www.alzheimeruniversal.eu, que recomendamos visitar por su alto interés para los cuidadores. La frase es la siguiente: «El Alzheimer es el ladrón más listo; no sólo te roba, sino que te roba la capacidad de acordarte que te ha robado».